La adinerada familia de Thad ha contratado a un nuevo mayordomo, Luv. Desde que Luv entró en la casa, Thad no ha podido apartar los ojos del nuevo empleado, y no ha dejado de ofrecerle atenciones. ¿Es una coincidencia o el destino que los collares que ambos llevan sean parecidos; era su destino encontrarse?